En un partido entre el
Liverpoo y el Evertón conmemorativo por los más de 600 partidos del inglés
Jamie Carragher con la camiseta de los rojos ocurrió algo muy extraño. Primero el árbitro cobró penal en la simulación más grande de la historia y después cuando el Evertón se disponía a lanzar el penal Carragher se adelanta y
convierte en su propia puerta, siendo ovacionado por todo el estadio que lo vino a ver sólo a él.
Lo divertido vino cuando después del partido el jugador explico que desde chico era hincha del Everton (clásico rival del Liverpool) y que siempre había soñado meterles un gol. Si en Sudamérica un jugador dijiese eso se metería en graves problemas, por suerte allá son más civilizados.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Si comentas como anónimo recuerda dejar tu nombre.